Carta de agradecimientos. Librería Atzavara (barrio de Gràcia. Barcelona)

Buenas noches, Mar.

Estos días me habría gustado acercarme a ti para mostrarte mi agradecimiento, pero no quería interrumpirte en medio de unos días que imagino habrán sido intensos para ti en muchos sentidos. Pero no quiero que acabe este día, último día de JALEO, sin darte las gracias. Recién llegada a Barcelona, con el corazón y la cabeza todavía en las jornadas, en las cuatro paredes de aquella sala de Valencia, donde las palabras han tomado todo el valor y todo el sentido, quiero darte las gracias, sobre todo, porque vuelvo esperanzada.

Soy librera en una pequeña librería en el barrio de Gràcia de Barcelona y, además de las muchas cosas que he aprendido estos días, se me confirma una vez más que todo aquello en lo que creemos en la librería es algo compartido con mucha de la gente que he escuchado estos días. Una línea o filosofía en el fondo muy sencilla, que toma en serio a los niños y las niñas en toda su complitud y complejidad, que quiere acompañarlos en la vida a través de la palabra escrita, oral, con actividades que les acerquen al arte y a lo creativo, con respeto y con diálogo, ya sean pequeños o grandes lectores. No siempre es fácil; en medio de la lucha solitaria del día a día y en medio del avasallamiento constante de novedades y campañas de marketing del sector editorial; creer firmemente en ello. Y ver que hay gente que desde ámbitos diferentes al de una librería también cree, se esfuerza y trabaja, me llena de esperanza.

He entendido más que nunca que desde las librerías se pueden hacer muchísimas cosas, sin necesidad de grandes recursos. Una librería es una empresa privada, sí, pero para mí es mucho más que eso, y desde el principio nosotros nos sentimos muy implicados con el tejido social de nuestro barrio, y colaboramos con escuelas y entidades para acercar la palabra escrita, el arte, la poesía o el lenguaje visual a todo el mundo.

En lo personal, estas jornadas me han servido también para recuperar el poder de la imaginación, que todos tenemos y que yo, últimamente, tenía en cierto modo bastante apartado o bloqueado. He vuelto a conectar con la niña que habita en mí, y he volado libremente con la imaginación por las diferentes propuestas de JALEO. Y estoy segura que esto, además de darme más felicidad personal, también me podrá dar felicidad en el terreno profesional.

Creo en los libros y los niños, que son esperanza y retrato de muchas cosas que vivimos en este mundo. Todo esto pensaba en el camino de vuelta a Barcelona, mirando el mar en una ventana del tren, que no es lo mismo que mirar el mar en cualquier ventana.

Espero no haberte molestado con mi correo. Sólo darte de nuevo las gracias por la gran escuela que ha sido JALEO2017.

Gracias para hacerlo posible.

Hasta pronto, Berta.