Aunque siempre pensé que estudiaría ciencias, finalmente me decidí por la filosofía y me licencié por la Universidad de Salamanca en 1987. Después, el destino volvió a llevarme por caminos que no había imaginado. Conseguí una beca de prácticas como bibliotecaria; me enganché al roce con los libros, a su olor y a sus casi infinitas posibilidades y aprendí lo básico para poder dedicarme a este oficio, en el que llevo ya más de 30 años.
Tras pasar por varias bibliotecas, en 2017 entré a formar parte del equipo de gestión del Servicio de Bibliotecas del Gobierno de Navarra. Ahora trabajo en el Negociado de Proyectos Bibliotecarios diseñando y gestionando proyectos colaborativos entre las bibliotecas de Navarra, buscando la innovación, la transversalidad y la cohesión territorial, fortalecer el papel de la biblioteca como agente social y proponer actividades destinadas a público con necesidades especiales y/o en riesgo de exclusión.