En 1994 FÉLIX ALBO se puso por primera vez delante de un público adulto y le atrapó. El empeño, el esfuerzo, el continuo trabajo de investigación, formación y creación, han hecho de él uno de los artistas más relevantes en el arte de la palabra dicha.
Con su trabajo ha recorrido Festivales, prácticamente todos los nacionales como el de Agüimes, Narón, Guadalajara o Cuenca, e internacionales, porque también ha estado en países como Argelia, Bolivia, Colombia, Francia, Italia, Marruecos, México, Sáhara y Venezuela.
Es raro el lugar donde no ha repetido, y eso, en el mundo de las artes, se sabe que es muy buena señal.
FÉLIX ALBO centra su trabajo en la palabra, en su fuerza, en la capacidad de transformación del público, en la evocación, la ironía, el sarcasmo a bocajarro, el humor elaborado que nada tiene que ver cono lo zafio o vulgar.
Pero no solo eso. Los espectáculos de este artista provocan en el público una convulsión emocional que transporta a los espectadores de la risa delirante al silencio denso y absoluto en apenas siete palabras.