Allá por el año 1987, atraídos por el mestizaje entre la cultura popular y la Vanguardia, Jaime Santos y Aurea Pérez se unieron para formar la Chana Teatro. Una pequeña compañía que se ha nutrido de músicos, pintores, escultores, escritores, albañiles, hortelanos, alfareros, carpinteros, pedagogos, filósofos, ganaderos, pelliqueros, anticuarios, bailarines, poetas y taberneros para dar vida al juego del teatro.
Descubrir un bosque en un bigote, crear un tsunami con una bayeta, llevar a pastar vacas de cartón, construir la civilización con zoquetes de madera, narrar el paso del Mar Rojo con un pandero lleno de garbanzos… mitificar y desmitificar; esa ha sido su tarea en los 26 años de trayectoria.
Enamorados de los objetos más cotidianos e insignificantes, han creado un universo en el que lo popular y lo culto se unen para mostrar un espejo al espectador.
No se trata de construir muñecos con los objetos ni de ilustrar su teatro con ellos, sino de dotarlos de vida por el estudio minucioso de sus características, por el análisis de sus componentes, por el contexto en el que se desenvuelven. Esa vida inerte del objeto, esa humanidad de lo que ha nacido muerto, dispara la imaginación de la Chana teatro y les lleva a poner en escena versiones insólitas de los clásicos más conocidos como la Biblia, el Licenciado Vidriera o El Lazarillo de Tormes. Textos cercanos a lectores y no lectores, a los que La Chana Teatro da mil vueltas, desmenuza, reinterpreta, destruye y reconstruye para buscar lo INTERESANTE, lo que a todos golpea en su corazoncito o cosquillea en su cerebro, con un objetivo único: hacer del teatro un arte vivo, atemporal y universal desde lo más sencillo.
En esta ocasión nos presentan dos espectáculos. Para el acto inaugural nos ofrecerán ENTRE DILUVIOS.
“Entre Diluvios es una exhibición magistral de monólogo, narración oral y teatro de objetos. El manipulador-narrador plantea un origen del mundo disparatado, en el que la evolución de la sociedad viene marcada por silogismos aparentemente absurdos que llevan a la humanidad a conclusiones lógicamente absurdas. Los aspectos más profundos de la condición humana son tratados con el mayor de los distanciamientos, con una actitud socarrona y ácida. Además, el único actor sobre las tablas varía el registro con pasmosa facilidad a merced de los personajes utilizados para dar su particular visión de la historia, desde Caín hasta Noé. Se trata de un texto lleno de giros lingüísticos tan tontorrones que no existe otra alternativa que la risa más pura, pero con una gran carga de contenido como trasfondo: nada menos que la organización de la sociedad y los anhelos íntimos de toda persona.”
Y, a lo largo de las jornadas, La Chana Teatro nos deleitará con fragmentos de su espectáculo PISANDO EL LLANO, basado en textos de Juan Rulfo.
Abordar el llano en llamas, adentrarse en la literatura de Juan Rulfo, supone un viaje hacia las entrañas. Un camino por el que uno deambula descalzo, sin herramientas, sin aparejos ni bastones donde apoyarse, por un sendero de chinarros en el que cada paso provoca una herida.
Así hemos querido tomar estos textos, sin adorno alguno, masticando su verbo con una desnudez absoluta. No hay nada más que Rulfo, una silla y un hombre sentado dejando que fluya el dolor, manteniendo el equilibrio en un alambre de espinos.
Sólo voz, sólo palabra sin concesión.